Perdonar es dificil. Se mezcla con el orgullo, con nuestra sensación de seguridad. Es muy sensata y humana nuestra dificultad de perdonar. Para superar este bloqueo, Jesús sugiere que comencemos a funcionar como hace Dios. Si Dios está dispuesto a perdonar nuestras violencias y pecados, ¿cómo podemos seguir con un corazón duro ante los fallos de nuestros hermanos?
¿De dónde me vendra la libertad y el coraje de perdonar? ¿Para tender una mano al que me hirió? ¿Para ser amable con el que me insultó? ¿De donde, si no es de Ti y de tu amor sim límites?
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