En esta parábola está todo el evangelio. En él está toda mi vida y la de mis amigos. Esta se ha convertido en una misteriosa ventana a través de la cual puedo poner un pie en el Reino de Dios.
Esta parábola nos hace entrar en el mundo de las relaciones familiares, de las que cualquier lector puede hablar por experiencia. Habla de herencia, tema siempre delicado en la armonía de las familias. Habla de un hijo, el menor, que quiere disfrutar cuanto antes del patrimonio, y habla de un padre que, en un alarde de enorme generosidad, le entrega su parte; lo malgasta todo y cuando se ve en la ruina física y moral, se acuerda de su padre y le pide perdón.
El mayor, por su parte, cree que ha hecho méritos suficientes para ganarse todo el amor del padre, pues no ha faltado ni a uno solo de sus mandatos y por tanto tiene que ser recompensado. De su hermano no quiere ni saber.
Jesús revela su experiencia de Dios como Padre, un padre que ama con igual medida tanto a su hijo mayor como al menor.
Lo escandaloso de la parábola es cómo Jesús muestra al hijo menor acaparando el amor del padre a pesar de todo lo que ha hecho.
Es el legalismo el que no permite al hijo mayor descubrir la gratuidad del amor divino, un amor que no se exige como pago a una buena conducta, sino que se recibe como gracia.
Esta parábola nos hace entrar en el mundo de las relaciones familiares, de las que cualquier lector puede hablar por experiencia. Habla de herencia, tema siempre delicado en la armonía de las familias. Habla de un hijo, el menor, que quiere disfrutar cuanto antes del patrimonio, y habla de un padre que, en un alarde de enorme generosidad, le entrega su parte; lo malgasta todo y cuando se ve en la ruina física y moral, se acuerda de su padre y le pide perdón.
El mayor, por su parte, cree que ha hecho méritos suficientes para ganarse todo el amor del padre, pues no ha faltado ni a uno solo de sus mandatos y por tanto tiene que ser recompensado. De su hermano no quiere ni saber.
Jesús revela su experiencia de Dios como Padre, un padre que ama con igual medida tanto a su hijo mayor como al menor.
Lo escandaloso de la parábola es cómo Jesús muestra al hijo menor acaparando el amor del padre a pesar de todo lo que ha hecho.
Es el legalismo el que no permite al hijo mayor descubrir la gratuidad del amor divino, un amor que no se exige como pago a una buena conducta, sino que se recibe como gracia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario