I DOMINGO DE CUARESMA – CICLO A
Lectura del santo evangelio según san Mateo
En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre.
El tentador se le acercó y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes.»
Pero él le contestó, diciendo: «Está escrito: "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios."»
Entonces el diablo lo lleva a la ciudad santa, lo pone en el alero del templo y le dice: «Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: "Encargará a los ángeles que cuiden de ti, y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras."»
Jesús le dijo: «También está escrito: "No tentarás al Señor, tu Dios."»
Después el diablo lo lleva a una montaña altísima y, mostrándole los reinos del mundo y su gloria, le dijo: «Todo esto te daré, si te postras y me adoras.»
Entonces le dijo Jesús: «Vete, Satanás, porque está escrito: "Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto."»
Entonces lo dejó el diablo, y se acercaron los ángeles y le servían.
Primera enseñanza de la Cuaresma : reconocer la tentación, una tentación que con mucha frecuencia disfrazamos; soy así, es mi tendencia, todos lo hacen, ¿qué hay de malo en ello?...
Pero con Cristo aprendemos a vencer la tentación, con la oración y la vigilancia “Vigilad y orad para no caer en tentación” (Mt 26,41).
La oración incluye la escucha de la Palabra de Dios, los sacramentos, el saber que eres templo de Dios.
Una sugerencia para esta semana, comienza por leer el evangelio de cada día, es un buen modo de dejarnos acompañar y ayudar por el mismo Jesús en esta cuaresma.