Señor: hoy te hemos visto en el templo enojado,
Te dio coraje ver que haya gente sin escrúpulos
que utilizan la religión, la fe, para hacer un negocio lucrativo.
¿Cómo te sentirás al vernos a nosotros en nuestra iglesia?
Hay veces que entramos distraídos y charlando
o estamos como idos, en otra parte,
no participamos en las respuestas ni en los cantos,
las celebraciones no son el encuentro deseado contigo.
Hay veces que nos quedamos en los ritos,
sin sentir tu presencia, sin escuchar de veras tu Palabra
o dejarnos transformar por tu Pan.
¡Cómo nos gustaría que el templo fuera lugar de oración!
¡Como nos gustaría llevarte en el corazón, el mejor santuario!
¡Cómo nos gustaría que nadie profanara el templo del hermano
cuando pasa hambre, le esclavizamos o maltratamos!
Gracias Señor por este bello templo, ayúdanos a conservarlo
para orar en él y encontrarnos en comunidad contigo.
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