viernes, 31 de marzo de 2017

VIERNES DE LA CUARTA SEMANA DE CUARESMA



EVANGELIO DEL DÍA (Jn 7,1-2.10.25-30)
«A mí me conocéis, y conocéis de dónde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta, sino que el Verdadero es el que me envía; a ese vosotros no lo conocéis; yo lo conozco, porque procedo de Él, y Él me ha enviado».
Entonces intentaban agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora.
 
Aprendamos a conocer al Señor, no como una persona del pasado, nos recordaba el papa Benedicto XVI en su primera encíclica que “no comienza uno a ser cristiano sabiendo muchas cosas sobre Jesús, sino teniendo un encuentro personal con el Dios vivo”. El Señor quiere reinar en nuestro corazón, quiere ser el interés y el amor más importante, el primer valor en absoluto en nuestra jerarquía de valores. En otras palabras, quiere que vivamos centrados en Él. ¡Que el Señor sea el centro de nuestra vida y compartamos esta amistad de Él con muchos otros!
En este tiempo de Cuaresma nos ofrece la inigualable oportunidad de examinar nuestras vidas, para discernir si de nosotros se puede decir que conocemos los misterios de Dios, tenemos esperanza en el premio de la santidad y apreciamos el honor de un alma sin mancha.
Ilumínanos Señor con tu sabiduría, clava tu ley en nuestros corazones, líbranos de nuestros enemigos y concédenos la gracia de la santidad, para que así podamos anunciar honestamente tu verdad a todo el que anda en tinieblas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario