Parábola de los viñadores infieles. 1611. Abel Grimmer
Museo del Prado
EVANGELIO DEL
DÍA Mt (21, 33-43. 45-46)
Cuando
vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?».
La parábola es dramática, pues Jesús la cuenta justo en la
última semana de su vida. Pocos días después, sus interlocutores lo sacarían
fuera de Jerusalén y lo matarían. Pero con Dios nunca hay finales tristes, pues
solo Él puede sacar vida de la muerte, amor del odio, gracia del pecado. Ese es
el mensaje final de la historia, la esperanza cristológica: Jesús les dijo:
— ¿Acaso no habéis leído en las Escrituras: La piedra que rechazaron los
constructores, ésta ha llegado a ser la piedra angular. Es el Señor quien ha
hecho esto y es admirable a nuestros ojos?
El Señor invita a aquellos hombres tibios, a punto de caer en
pecado, a la conversión. Como ellos, también nosotros estamos a tiempo de poner
a Jesús como piedra angular de nuestras vidas, como clave de una nueva
existencia, olvidados de nosotros mismos y dispuestos a ser sus discípulos a
partir de ahora.
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