miércoles, 6 de marzo de 2019

MIERCOLES DE CENIZA



«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tenéis recompensa de vuestro Padre celestial.
Cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará.
Cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará». (Mt 6, 1-6. 16-18)
 
Comienza hoy el ciclo pascual, cuyo centro lo ocupa la Pasión, muerte y resurrección del Señor y que concluirá con la venida del Espíritu Santo el día de Pentecostés. Empieza hoy la Cuaresma, un tiempo en el que mediante la oración, la limosna y el ayuno, nos preparamos para llegar con un corazón limpio a la celebración del misterio pascual de Cristo. Es un tiempo de penitencia y conversión en el que tenemos que rasgar los corazones, no las vestiduras. Se trata de hacer las prácticas penitenciales, no para que las vean las gentes, sino para que las vea solamente Dios, que ve en lo escondido y nos recompensará en consecuencia. Dejémonos en este tiempo reconciliar con Dios; ahora es el tiempo de la gracia. Y el mejor medio para ello será celebrar esa reconciliación en el sacramento de la penitencia.

 



 
 
 
 

 

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