La
cuaresma es un tiempo precioso, para enderezar nuestra vida hacia Dios. Todos
de alguna u otra manera le hemos negado algo a Dios. El tiempo de cuaresma nos
ayuda a responder con alegría y prontitud, como Mateo, a la llamada a la
santidad que Dios nos hace. La santidad, es algo que Dios quiere para todos, no
sólo los consagrados a Él deben ser santos. Dios sigue invitando cada día a
responder generosamente a su llamado de amarle sobre todas las cosas.
Aprovechemos este tiempo, para enfocar nuestra vida hacia Él, tomándonos de su
mano misericordiosa.
Haré
una visita a Cristo Eucaristía, renovándole mi amor sobre todas las cosas.
Jesús
mío, gracias por acercarte a mí, que tantas veces te fallo; abre mi corazón y
llénalo de tu amor. Que en esta cuaresma haga la experiencia de tu amor, que te
llevó a cargar la cruz por mí. Que tu sangre, me mueva a amarte más, a ponerte
en el centro de mi vida. Y que cada día responda un "sí" generoso a
seguir tu Voluntad.
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