lunes, 23 de abril de 2012

PASCUA

LUNES DE LA TERCERA SEMANA DE PASCUA


Comenta San Agustín:

"Jesús... hace uso de la palabra con la intención de alimentar, si es posible, a los mismos que ya alimento; de saciar con su palagra las inteligencias de aquellos cuyo bientre había saciado con pan abundante, pero es con la condición de que lo entiendan y, si no lo entienden, que se recoja para que no perezcan ni las sobras siquiera... "me buscabais por la carne no por el Espíritu"...
En fin, unos por unos motivos y otros por otros llenan todos los días la iglesia. Apenas se busca a Jesús por Jesús... "Me buscabais por algo que no es lo que soy; buscadme a Mí por mí mismo". Ya insinua se Él este manjar, lo que se verá con más claridad en lo que sigue... Yo creo que ya estaban esperando comer otra vez pan y sentarse otra vez, y saciarse de nuevo. Pero Él había hablado de un alimento que no perece, sino que permanece hasta la vida eterna. Es el mismo lenguaje que había usado con la mujer aquella samaritana... Entre diálogos la llevó hasta la bebida espiritual. Lo mismo sucede aquí, lo mismo exactamente. Alimento es, pues éste que no perece, sino que permanece hasta la vida eterna" (Tratado 25, 10-12 sobre el Evangelio de San Juan)

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