sábado, 4 de febrero de 2012

PALABRA DE VIDA

V DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO B


Lectura del santo evangelio según san Marcos

En aquel tiempo, al salir Jesús y sus discípulos de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar. Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar.
Simón y sus compañeros fueron y, al encontrarlo, le dijeron: -«Todo el mundo te busca.»
Él les respondió: -«Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido.»
Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios.

Palabra del Señor

¡Jesús es el MÉDICO, es la MEDICINA, ACUDE a él!”

Comenta San Jerónimo: “Él (…) es médico y medicina al mismo tiempo. (…)Que toque también nuestra mano para que sean purificadas nuestras obras, que entre en nuestra casa: levantémonos del lecho, no permanezcamos tumbados”

En el evangelio de hoy, Jesús dedicó el día a curar enfermos: la suegra de Simón que estaba con fiebre, y a muchos enfermos y poseídos por algún mal. “Todo el mundo le busca”, le dicen; y él “Curó a muchos enfermos de diversos males”.

Jesús es el médico por excelencia…
-cura a los paralíticos, ciegos, poseídos por el mal.
-sana los corazones de los tristes.
-perdona los pecados.
-libera de la marginación a las mujeres, pobres, viudas, leprosos.
-por tanto cura, sana, perdona, libera, ilumina, fortalece, salva.

Jesús nos da la MEDICINA para ponernos bien:
-la mejor medicina es la oración.
-la otra medicina, el perdón: regala y pide perdón.
-la medicina de la eucaristía cada domingo.
-y el amor: él revisa nuestra vida en el panel que pone “amaos”.

Estas son las medicinas que el mundo, la Iglesia y yo necesitamos…

Dice Dios:
Si nadie te ama, mi alegría es amarte. Si lloras, estoy deseando consolarte. Si eres débil, te daré mi fuerza y mi energía.
Si nadie te necesita, yo te busco. Si eres inútil, yo no puedo prescindir de ti. Si estás vacío, mi llenura te colmará.
Si tienes miedo, te llevo sobre mis espaldas. Si quieres caminar, iré contigo. Si me llamas, vengo siempre.
Si te pierdes, no duermo hasta encontrarte. Si estás cansado, soy tu descanso. Si pecas, soy tu perdón.
Si me pides, soy don para ti. Si me necesitas, te digo: aquí estoy, dentro de ti. Si no tienes a nadie, me tienes a mí.

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