jueves, 14 de julio de 2011

PALABRA DE VIDA

XIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO A



Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,25-30):

En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»

“Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón…” ¡Humildad de Jesús!... ¡Qué lección para ti, que eres un pobre instrumento de barro!: El – siempre misericordioso – te ha levantado, haciendo brillar… , las luces del sol de la gracia. Y tú, ¡cuántas veces has disfrazado tu soberbia so capa de dignidad, de justicia… ¡ ¡Y cuantas ocasiones de aprender del maestro has dasarovechado, por no haber sabido sobrenaturalizarlas! (Cfr. San Josemaria Escriva, Surco 261)

No hay comentarios:

Publicar un comentario