IX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO A
Lectura del santo evangelio según san Mateo
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No todo el que me dice "Señor, Señor" entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Aquel día, muchos dirán: "Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y en tu nombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros?" Yo entonces les declararé: "Nunca os he conocido. Alejaos de mí, malvados. El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca. El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente.»
“No todo el que me dice Señor, Señor” No todo el que dice, sino el que hace. Si realmente viviéramos todo lo que rezamos, seríamos santos. Rezamos y no somos capaces de compartir el pan, de perdonar las ofensas… Para que el Señor nos conozca no basta vestirse de cristiano, hay que serlo de corazón (Rafael Prieto Ramiro, Hoy… estoy a tu puerta y llamo, pag. 235)
Mira que no es ser buen cristiano solamente rezar y ayunar y oír Misa, sino que te halle Dios fiel, como a otro Job y otro Abrahán, en el tiempo de la tribulación. (Fray Luís de Granada, Guía de pecadores, 1,2,21)
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