sábado, 21 de abril de 2012

PASCUA

SÁBADO DE LA SEGUNDA SEMANA DE PASCUA


Hoy en la liturgia recordamos a San Anselmo. Vivió hace casi mil años, pero su búsqueda de Dios tiene máxima actualidad. No me resisto a recordar estas famosas palabras del santo:
“Sal un momento de tus ocupaciones habituales; ensimísmate un instante en ti mismo, lejos del tumulto de tus pensamientos; arroja lejos de ti las preocupaciones agobiadoras, aparta de ti tus trabajosas inquietudes. Busca a Dios un momento, sí, descansa siquiera un momento en su seno. ¡Oh corazón mío!, di con todas tus fuerzas, di a Dios: Busco tu rostro, busco tu rostro, ¡oh Señor!
Y ahora, ¡oh Señor, Dios mío! , enseña a mi corazón dónde y cómo te encontrará, dónde y cómo tiene que buscarte. Si no estás en mí, ¡oh Señor!, si estás ausente, ¿dónde te encontraré?
Nunca te he visto, Señor Dios mío; no conozco tu rostro. ¿Qué hará, Señor omnipotente, este tu desterrado tan lejos de ti?...”
Son estos testigos de la fe de todos los tiempos quienes nos ayudan con su testimonio y con su palabra a enfrentar momentos de oscuridad y de tormenta en la vida personal y en la vida de la comunidad.

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